Hace algunos años, el Ballet Nacionalde Cuba estaba considerado entre los mejores del mundo. Su directora, Alicia Alonso, era la primera bailarina y su repertorio clásico giraba por el mundo cosechando elogios y aplausos, bien ganados por cierto.
Pasaron los años y el Ballet Nacional de Cuba cayó en el defecto que muchas de esas compañías caían: los bailarines jóvenes no tenían lugar, porque los bailarines ya instalados eran poco más que inamovibles, algo parecido a lo que se conoce como “derecho de piso”, la antigüedad en el ámbito laboral, o cuestiones similares.
Lo que no se daban cuenta losdirectores y coreógrafos es que esto es danza; y la danza es un conjunto de condiciones, talento y esfuerzo. En suma, lo que viene con esos tres atributos difícilmente podrá detenerse.
El Ballet Nacional de Cuba no fue la excepción y en respuesta a esta situación la hija de Alicia Alonso, la gran maestra Laura Alonso, decidió abrir un nuevo camino por su cuenta, creando un ballet de bailarines jóvenes llamado La Joven Guardia.
Al poco tiempo, el nombre de La Joven Guardia se haría conocer en todo el mundo. Asimismo, sus bailarines sorprendían por su técnica y la interpretación de obras, no solo clásicas, sino también por un repertorio más variado.
Estos bailarines ganaban premios y medallas en todos los concursos internacionales y, poco a poco, fueron contratados como las primeras figuras de las compañías internacionales más reconocidas.
Por supuesto, este movimiento que encabezó Laura Alonso fue posible porque logró formar un grupo de docentes y coreógrafos que la entendieron, la siguieron y se convirtieron en grandes maestros.
La vida me regalo la fortuna de poder vivir este proyecto, conocerlos, compartir con ellos y hasta hacer amistadescon muchos también.
Incluso actualmente están por todo el mundo....
A propósito... una de las más notables de ese grupo selecto de maestros y coreógrafos está con nosotros luchando para formar la Compañía Infantil de Baile de La Cigarra: la maestra Marta Bercy: una gran mujer y una gran amiga.
Pasaron los años y el Ballet Nacional de Cuba cayó en el defecto que muchas de esas compañías caían: los bailarines jóvenes no tenían lugar, porque los bailarines ya instalados eran poco más que inamovibles, algo parecido a lo que se conoce como “derecho de piso”, la antigüedad en el ámbito laboral, o cuestiones similares.
Lo que no se daban cuenta losdirectores y coreógrafos es que esto es danza; y la danza es un conjunto de condiciones, talento y esfuerzo. En suma, lo que viene con esos tres atributos difícilmente podrá detenerse.
El Ballet Nacional de Cuba no fue la excepción y en respuesta a esta situación la hija de Alicia Alonso, la gran maestra Laura Alonso, decidió abrir un nuevo camino por su cuenta, creando un ballet de bailarines jóvenes llamado La Joven Guardia.
Al poco tiempo, el nombre de La Joven Guardia se haría conocer en todo el mundo. Asimismo, sus bailarines sorprendían por su técnica y la interpretación de obras, no solo clásicas, sino también por un repertorio más variado.
Estos bailarines ganaban premios y medallas en todos los concursos internacionales y, poco a poco, fueron contratados como las primeras figuras de las compañías internacionales más reconocidas.
Por supuesto, este movimiento que encabezó Laura Alonso fue posible porque logró formar un grupo de docentes y coreógrafos que la entendieron, la siguieron y se convirtieron en grandes maestros.
La vida me regalo la fortuna de poder vivir este proyecto, conocerlos, compartir con ellos y hasta hacer amistadescon muchos también.
Incluso actualmente están por todo el mundo....
A propósito... una de las más notables de ese grupo selecto de maestros y coreógrafos está con nosotros luchando para formar la Compañía Infantil de Baile de La Cigarra: la maestra Marta Bercy: una gran mujer y una gran amiga.